Ha sido difícil poner de acuerdo a los más renombrados autores del género, sobre cuáles son los principios para escribir relatos eróticos, ya que cada quien en su estilo, alimenta a las sensaciones provenientes del volcán que fusiona a la fisiología y a la mente.
De sus diversos criterios, hemos podido diseñar algunas bases lógicas para mantener al género dentro de su campo, permitiendo que los contenidos originales a elaborar, no les saquen de su rango o motivo principal.
Principios para escribir relatos eróticos
Diseñar un buen título
En el predio erótico se puede jugar con lo que sea, mientras que se dé a entender el género. En una sociedad falo céntrica como en la que vivimos, cualquier cosa sugestiva termina atrayendo a los lectores más directos como a los soterrados. Sólo procura ser original y dibujar de qué va el relato.
Crear un límite
Los relatos eróticos describen la escena con algunas someras descripciones, expresiones y resultados. Sobrepasar esto, es llegar al siguiente paso, el de los relatosxxx donde las palabras acompañan a la descripción de partes, acciones, reacciones y demás sonidos propios del acto sexual.
Por eso, hay que ampliar el vocabulario y hacerlo sugerente. Que las palabras hilvanen sensaciones.
Lenguaje a tono
Estos relatos ameritan un buen uso de las palabras, sin llegar a un nivel literario tan extremo, que haga sentir al lector que lee un libro de anatomía. Tampoco creer que los lectores tengan el techo del léxico muy bajo. O sea, jugar entre lo paisano y lo formal, para llegar a un punto medio.
Principios para escribir relatos eróticos: Limitar a los personajes
El número de personajes no debería ser tan amplio. Y saber definir las interacciones, quién lo hará con quién, quién se entrometerá, quién puede ser una víctima o quien desee entrar al juego. Hay que predefinir ello para que el relato se desenvuelva fluido, incluso en el clímax, sorpresas adicionales y el explosivo e inesperado final.
El grado de sentimientos
Incluso sí se trata de un relato sobre una persona fría y herida, la carga sentimental no se debe obviar. Y tampoco hablamos de romanticismo, sino de la diversidad de sentimientos encontrados, no claros o por conocer que el personaje puede tener mientras hace su vida y pasa esos momentos íntimos que de una u otra forma, podrían cambiarle la existencia.
Principios para escribir relatos eróticos: Apegarse un tanto a la realidad
No todas las mujeres gimen ni los hombres pujan al tener relaciones; mucho menos danzan antes de cada acto amatorio y mucho menos sus cortinas bailan o la cama rebote acompasada a cada embate; el jacuzzi no siempre es teatral y cómodo como lo pintan en ciertas obras.
No se puede que describa lo oscuro, pero sí que realice un ambiente y un accionar real, en el que los lectores puedan sentirse identificados y entender que, aunque lo incómodo se suceda, algo bueno y deseado va a pasar pese a ello.
Brindar opciones factibles
Muchas parejas que leen relatos eróticos, requieren de ideas posibles, cómodas, innovadoras y/o picarescas para mejorar o revivir su llama pasional. Así que, además de sugerir las innovaciones sexuales o poses, también se les puede enseñar a buscar en su entorno, algo divino que termine reactivando su chispa creativa y amatoria.
Principios para escribir relatos eróticos: Los diálogos
El erotismo no sólo estimula a los órganos genitales, sino también a los hemisferios cerebrales. Por ende, los diálogos han de tener, además de coherencia , amplitud para que se transformen en conversaciones reales, nada fingidas o solamente sugestivas, pintando lo que vendrá.
Una conversación bien llevada, realizada con descripciones y sabiendo que los personajes adoptan posiciones o gestos adecuados, resultan muy estimulantes y hacen del relato erótico una pieza que además de aumentar la libido, satisface por sus aportes realistas bien acoplados.
Principios para escribir relatos eróticos: Cuidado con lo personal
Los relatos pueden tener elementos de experiencias vividas o que faltaron en el predio sexual con alguien, transformadas magistralmente para acoplarlas a los personajes. Pero se ha de tener cuidado de lo que se dice y cuánto uso se le da, ya que puede limitar a la imaginación y/o realizar sugerencias novedosas, creando un encasillamiento que podría hacerte perder público lector.